Mateos Gago y el muro de la judería de Sevilla

La Gerencia de Urbanismo ha constatado el trazado de la cerca que con anterioridad al año 1391 delimitaba el barrio judío y que fue excavado en su totalidad en 1991 por Ignacio Rodríguez Tremillo.

La Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla ha llevado a cabo durante el año 2020 las obras de reurbanización de la calle Mateos Gago y, mediante el control arqueológico de los movimientos de tierra dirigida por Juan Luis Torres Muñoz, se ha constatado el trazado de la cerca que con anterioridad al año 1391 delimitaba el barrio judío y que fue excavado en su totalidad en 1991 por Ignacio Rodríguez Tremillo.

Con las recientes obras de reurbanización, se ha querido manifestar las huellas del pasado, destacando en el pavimento el trazado y el ancho de lo que fue este muro y que formaba parte del lienzo existente en la calle Fabiola.

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RESEÑA HISTÓRICA por Alfonso Jiménez Martínescavaciones mateos gago.png

Cuando Išbīliya se incorporo en 1248 a la corona de Castilla hacia mas de un siglo que solo la habitaban musulmanes, de forma que, si había cristianos o judíos entre sus vecinos, seria en una cantidad tan irrelevante que no dejaron huella alguna. En realidad, la ciudad permaneció vaciada durante tres días del mes de diciembre de aquel ano, axial es que durante setenta y dos horas no hubo ninguna religión organizada intramuros.
Lo más probable es que entre los muchos toledanos que acudieron a repoblar las casas y calles de Sevilla a partir de entonces hubiese un buen numero de hebreos, pues solo así se explica que, en un documento del 5 de agosto de 1252, el flamante rey Don Alfonso, confirmase que su padre había dado a la iglesia de Sevilla todas las mezquitas que son en Sevilla, cuantas fueron en tiempo de moros, que las aya libres et quitas para siempre [...salvo] tres mezquitas que son agora sinagogas de los judíos Según demostró la excavación arqueológica que dirigió Álvaro Jiménez en 2012, se conserva en la iglesia de Santa María la Blanca un buen ejemplo de esta transformación, pues documento tanto el nicho de oración de una mezquita almohade como parte de los alzados mudéjares de una sinagoga.

Este edificio estaba y esta situado en la calle de San José, que es la única continua y de cierta anchura de la zona, y que además terminaba en una de las puertas de la muralla almorávides, la de Minjoar, llamada posteriormente “de la Carne”; por lo tanto, el edificio religioso, la calle y la muralla articularon el sector, adyacente al tramo urbano de los canos de Carmona y los palacios reales y bien relacionado con la zona comercial por excelencia. En estos barrios, que hoy llamamos de Santa Cruz y San Bartolomé, se fueron concentrando los judíos de Sevilla cuyo cementerio, también atestiguado por excavaciones, se desplegó a la salida de la puerta de Minjoar, en la orilla derecha del arroyo Tagarete. No obstante, sabemos que hubo oratorios, viviendas y propiedades de judíos en otros lugares de Sevilla. A fines del siglo XIV se calcula que, de las dos mil seiscientas familias que habitaban la ciudad, unas quinientas eran judías.

En la primera mitad del siglo XIV, con un retraso de siglos respecto a ciudades francesas, alemanas e inglesas, en las que hubo matanzas de hebreos desde el siglo XII, se produjeron asaltos a juderías en Cataluña, Aragón y Navarra; en el ano 1354, y a cusa de un presunto sacrilegio, se documenta el primer tumulto que tuvo a los judíos sevillanos como victimas exclusivas. El suceso debió ser lo bastante grave como para que los hebreos locales se defendiesen labrando un muro de cierta consideración hecho de tapial; esto es lo que se deduce de la excavación de la Casa de Mañara, en la calle Levies, donde se excavaron dos tramos de casi metro y medio de espesor, formando un quiebro carente de la torre o torres que siempre reforzaban las esquinas; se dedujo que fue construido en el siglo XIV y que, cuando ya había perdido su función original, fue aprovechado en una casa del XVI.

Una de las descripciones viejas del trazado general de esta muralla es bastante tardía, del XVII, y se refiere a 1492, en este tiempo se hizo expulsión de los judíos de España y había en Sevilla judería; cercada con alta muralla, y en ella muchas torres, que pasaba por junto del Alcázar, y llegaban por San Nicolás y seguían hasta San Esteban, con dos puertas, que la una era en la Borceguinería, y otra a San Nicolás, y dentro cuatro sinagogas [...]≫; lo de las torres parece pura fantasía, pues ni siquiera es seguro que, por su estreches, tuviese almenas y adarve, ya que las que hay en el tramo de la calle Fabiola son un invento del siglo XX.

El recorrido de la muralla, que era bastante artificioso, comenzaba con un tramo de levante a poniente, ubicado entre la avenida de Menéndez y Pelayo y la calle Tintes, a la altura de la calle Armenta, donde existía en 1437 un postigo del Jabón vinculado al asentamiento de los judíos del XV; pronto quebraba el muro hacia el sur, hacia la Casa de Mañara, donde hacia una escuadra para atravesar luego la actual plaza de las Mercedarias; seguía formando un arco por las casas de la acera de los pares de la calle Conde de Ibarra hasta cruzar la calle San José frente a san Nicolás, a la altura del extremo norte del convento de Madre de Dios, donde existía una puerta, llamada arco de las Imágenes en el siglo XV; entraba en el convento, establecido en tiempos de los Reyes Católicos, donde formaba otro quiebro para enlazar con el tramo almenado de la calle Fabiola. La parte cuyo recuerdo atestigua el nuevo pavimento de la calle Mateos Gago, llamada antiguamente de la Borceguinería, se excavo en 1991 y debía prolongarse hasta el inicio de la calle Rodrigo Caro, llamada del Atambor, donde existía otra puerta; el ultimo tramo iba por la acera de los impares de esta calle hasta enlazar con la calle de la judía Susona y terminar al final del callejón del Agua, donde tocaba en la muralla general de la ciudad. En ningún momento alcanzaría el muro de la Judería a las murallas propia de los Reales Alcázares, aunque es probable que algunas casas de judíos, anteriores al primer tumulto, estuviesen cerca de los muros de la residencia regia.
De esta forma la muralla de la Judería defendió unas quince hectáreas y debió estar en uso pleno alrededor de cuarenta anos, hasta la desaparición oficial del barrio hebreo en 1391, aunque durante muchos anos mas hubo familias judías en sus calles, pues no todos emigraron a Portugal tras los asesinatos o se convirtieron al cristianismo de formas mas o menos sincera. Los tramos de la muralla fueron derribados, o engullidos por el caserío, pero los restos siempre fueron los suficientes para mantener su recuerdo en la erudición local.

Bibliografía moderna esencial

Rodríguez de Guzmán Sánchez, Sandra (1991). Seguimiento de obras de Infraestructura en Sevilla. C/Mateos Gago y Avda. de la Constitución. Anuario Arqueológico de Andalucía 1993, III. Actividades de Urgencia: 430-434. Collantes de Terán Sánchez, Antonio, et al. (1993). Capitulo IV: en la Baja Edad Media. Restauración. Casa-palacio de Miguel Mañara. Sevilla, Junta de Andalucía: 170-217.

Santana Falcón, Isabel (1995). De la muerte en Sefarad. La excavación Arqueológica de la nueva sede. Sevilla, Diputación Provincial.

Ecker, Heather L. (1997). The Conversion of Mosques to Synagogues in Seville: the Case of the Mezquita de la Juderia. Gesta, 36 (2): 190-207.

Montes Romero-Camacho, Isabel (2006). Las minorías étnico-religiosas de la Sevilla del siglo XIV: mudéjares y judíos. Sevilla, siglo XIV. Sevilla, Fundación
José Manuel Lara: 135-155.