El Ayuntamiento concluye la restauración de la Glorieta de Cervantes del Parque de María Luisa
La actuación incluye dos reproducciones de las estatuas de don Quijote y Sancho sobre dos anaqueles, la ampliación del alcorque central o el tratamiento y rehabilitación singular de las piezas de cerámica vidriada que reproducen la obra Cuenta con una inversión de 35.584 euros que se incluye en el plan de mejora del patrimonio del parque histórico con intervenciones sobre las victorias aladas, las sendas y caminos o la Plaza de España
El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Área de Parques y Jardines de la Delegación de Transición Ecológica y Deportes, ha culminado la restauración de la Glorieta Miguel de Cervantes del Parque de María Luisa con una inversión de 35.584 euros. Este nuevo proyecto ejecutado en el jardín histórico ha tenido como objetivo recuperar un espacio proyectado por Aníbal González que se encuentra ubicado junto al Pabellón Real. La intervención se enmarca dentro del programa de mejoras que se ha llevado a cabo en el Parque de María Luisa durante los últimos años como la recuperación de las victorias aladas, la glorieta Mas y Prats, la Glorieta de Bécquer o las mejoras en caminos y senderos.
El delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, ha visitado la glorieta tras su restauración y ha destacado que “esta intervención forma parte del programa que se ha venido desarrollando en los últimos años en el Parque de María Luisa con inversiones que mejoran su patrimonio histórico y natural, sus infraestructuras y viarios con más de 4,5 millones de euros. Continuamos apostando por el patrimonio y por el impulso de las zonas verdes de este parque potenciando su uso por las familias y por los visitantes que quieran conocer una parte de la historia de Sevilla”.
La Glorieta de Cervantes supone junto a la limítrofe Plaza de América un compendio del arte regionalista por el uso de materiales como la cerámica, la combinación con piezas vidriadas o los morteros de cal como elementos decorativos propiamente sevillanos. Mantiene la forma octogonal presidida por un ejemplar de araucaria de grandes dimensiones cuyo alcorque se ha ampliado.
Alrededor del mismo se encuentran cuatro bancos decorados con piezas del pintor ceramista Pedro Borrego Bocanegra. Definen algunas de las escenas más representativas del Don Quijote de la Mancha a partir de pequeñas viñetas presentadas en formato comic que se han recuperado con tratamientos personalizados acorde a su superficie. Estas piezas se han recuperado a través de tratamientos de limpieza singularizados en función de su superficie y se han restaurado aquellas que se encontraban deterioradas o perdidas. En uno de los laterales se define la firma del Miguel de Cervantes y una firma del autor.
Una de las actuaciones más relevantes se ha diseñado en los dos anaqueles de las zonas norte y sur, perpendiculares a los accesos, donde se han reproducido dos esculturas de Quijote y Sancho que presiden sendas librerías y que ocupan el lugar de los originales, catalogados y preservados debido a su valor desde hacía muchos años, por lo que pueden volver a visitarse.
Se detallan igualmente diferentes leyendas perimetrales en torno a los bancos, de ladrillo tallado, y las dos alturas del suelo, entre las que resultan llamativas las referencias a la Exposición Hispanoamericana, denominación precedente a la ampliada Exposición Iberoamericana de 1929 que incorporó a países que no hablaban español, ya que la ejecución de la plaza tuvo lugar en 1913. Sobre el ladrillo visto se ha procedido a tratamientos de limpieza, sellado de uniones de fábrica, consolidación y colocación de nuevos tratamientos.