El Ayuntamiento mejora el servicio de la recogida neumática de residuos de Lipasam con la adjudicación por más de 460.000 euros del mantenimiento de este sistema

La actuación incluye las tres centrales y las redes de recogida fija con los 1.001 buzones distribuidos por Pino Montano y la zona de Miraflores. La delegada de Limpieza Pública y Educación, Marisa Gómez, ha destacado que “esta iniciativa se enmarca en el proceso de continua mejora de los sistemas de recogida de Lipasam y el principal objetivo es minimizar las averías y los atascos que puedan producirse en las centrales y redes de recogida para lograr una mayor eficacia y operatividad en el servicio”.

El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la empresa municipal de la limpieza, Lipasam, ha adjudicado por más de 460.000 euros el servicio de mantenimiento de la recogida neumática de residuos en la ciudad. La actuación incluye tanto la asistencia y conservación de las tres centrales, Pino 1 y 2 y San Diego, como de las redes de recogida fija con los 1.001 buzones distribuidos por Pino Montano y la zona de Miraflores.

La finalidad de esta adjudicación es el servicio de mantenimiento correctivo y preventivo de las tres centrales y redes de recogida neumática fija de residuos en la ciudad de Sevilla.

La delegada de Limpieza Pública y Educación, Marisa Gómez, ha destacado que “esta iniciativa se enmarca en el proceso de continua mejora de los sistemas de recogida de Lipasam y el principal objetivo es minimizar las averías y los atascos que puedan producirse en las centrales y redes de recogida para lograr una mayor eficacia y operatividad en el servicio”.

En la actualidad, el sistema de recogida neumática fija de residuos incluye, además de las tres centrales de recogida, más de 23.000 metros de tuberías, 1.001 buzones, 19.000 viviendas atendidas y más de 60.000 habitantes servidos.

La recogida neumática funciona a partir de unos buzones de vertido ubicados en la calle o en el interior de los edificios para que los habitantes depositen los residuos. Estos buzones están conectados con la red de tuberías mediante unas válvulas que se accionan de forma automática desde cada central de recogida. A partir de ahí, los residuos se transportan hasta dicha central mediante la acción de una corriente de aire creada por unos potentes turbo-extractores circulando a una velocidad cercana a los 75 kilómetros por hora.

Para minimizar la emisión del ruido generado por los turbo-extractores y del olor del aire contaminado por el transporte de los residuos, se han adoptado distintas soluciones técnicas. El sistema cuenta con un aislamiento acústico de forma que el ruido que se percibe desde el exterior no supera los 55 decibelios. Por su parte, el aire utilizado para el transporte de los residuos es tratado en una sala con distintos filtros en los que se depositan las partículas contaminantes, propiciando la depuración del mismo.

A lo largo de 2022, se recogieron a través de este sistema casi 8.000 toneladas de residuos (7.956) entre orgánica, restos y envases. Asimismo, para que este sistema funcione correctamente y pueda ofrecer a los ciudadanos un servicio eficaz y de calidad es necesaria la colaboración de todos los residentes con la aplicación de unas sencillas normas de utilización como son: separar los residuos utilizando bolsas distintas para restos orgánicos, envases (plástico, bricks y latas); depositar cada tipo de residuos en el buzón adecuado; utilizar bolsas de tamaño apropiado y nunca forzar la introducción de la misma.

En este sentido, también es igual de importante no tirar objetos largos o pesados, como muebles o enseres; no verter líquidos ni tirar envases de vidrio, ni pilas. Por último, si el buzón elegido no está disponible no depositar la basura en el suelo y hacerlo en el que se encuentre más cerca.