(05/07/2017) El Palacio Arzobispal abrirá sus dependencias nobles a las visitas de manera periódica y se suma a la celebración del Año Murillo a través de dos de sus obras
Este edificio, que data del siglo XVI, estará abierto al público dos sábados al mes a partir del próximo mes de septiembre. Murillo, Zurbarán, Herrera el Viejo, Juan de Espinal o Mattia Preti son algunos de los reclamos de la visita al Palacio Arzobispal, que se suma así a la oferta patrimonial y cultural de la ciudad.
El Palacio Arzobispal de Sevilla abrirá sus puertas a los sevillanos y visitantes a partir de septiembre, dos sábados al mes con cuatro turnos por jornada. Cada grupo constará de treinta personas que recorrerán las dependencias nobles de un edificio que data de mediados del siglo XVI y está considerado Monumento Histórico Artístico desde el año 1969. De los ocho turnos mensuales uno será gratuito y los siete restantes al precio de seis euros por visitante.
Además, el Palacio Arzobispal se suma al conjunto de actividades que la Iglesia va a desarrollar en la ciudad con motivo de la celebración del Año Murillo a través de dos de los cuadros del ilustre pintor sevillano que podrán visitarse en este este edificio. Durante la presentación, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha destacado que, en el ámbito de la ciudad, la relación entre el Arzobispado y el Ayuntamiento “está permitiendo una alianza muy importante para los intereses de Sevilla”, y por ello ha querido agradecer al arzobispo y todo su equipo “su implicación y la de todo su equipo en el Año Murillo”. “Todos nos estamos tomando muy en serio esta efeméride porque es una oportunidad que tenemos que aprovechar por eso es muy importante contar con la colaboración estrecha y activa de la Catedral y el Arzobispado para darle un papel protagonista a las obras que de Murillo que allí están”.
En cuanto a las visitas al Palacio Arzobispal, las entradas podrán adquirirse a través del módulo que se activará en la página web de la Archidiócesis (archisevilla.org). Al realizar la compra de la entrada se adquirirá una reserva que deberá ser canjeada por la entrada en la Librería Diocesana el día de la visita con la suficiente antelación. El primer turno será a las diez de la mañana y los restantes a las once, doce y una.
Durante la visita, que durará en torno a cuarenta y cinco minutos, se mostrará el interior de un edificio que alberga las oficinas de la Curia Diocesana y es residencia del Arzobispo. Concretamente, el recorrido atraviesa las dependencias en las que se custodia un auténtico tesoro artístico, que convierte al Palacio Arzobispal en la tercera pinacoteca de la ciudad, tras el Museo de Bellas Artes y la Catedral.
Durante varios meses se han adecuado las estancias incluidas en el recorrido a los requisitos establecidos para este tipo de visitas, y la empresa Adarve será la encargada de ilustrar a los visitantes durante la visita.
El recorrido tendrá un carácter eminentemente catequético y cultural, en la medida que se detendrá en unas obras de arte que “pueden ser aprovechadas para la evangelización y la catequesis”, según destacó el Arzobispo de Sevilla en un reciente encuentro digital. Al respecto, monseñor Asenjo destacó que “la belleza material puede ser camino de encuentro con la belleza inmaterial que es Dios, como tantas veces nos ha repetido el papa Benedicto XVI”. Y esta es la finalidad de unas visitas que tuvieron una etapa de prueba durante el año 2012 para celebrar el Año de la Fe.
El recorrido por el arte que se custodia en el Palacio Arzobispal no dejará indiferente al visitante. No hay que ser un experto en arte y patrimonio para caer en la cuenta del tesoro que se custodia en el Palacio, un legado de los sucesivos prelados que han gobernado la sede de San Isidoro hasta nuestros días. Isacio Siguero, secretario general y canciller de la Archidiócesis, recordó el pasado miércoles que “el patrimonio de la Iglesia tiene una dimensión evangelizadora pero tampoco podemos olvidar su dimensión cultural.
Consciente de ello, la Archidiócesis quiere abrir a los fieles y al público en general estos salones del Palacio Arzobispal, que albergan como un gran tesoro una de las principales pinacotecas de la ciudad de Sevilla”. Esta calificación no es gratuita, y está avalada por dos murillos –La aparición de la Virgen a fray Juan de Quirós y La entrega del rosario a Santo Domingo de Guzmán-, seis zurbaranes –Las lágrimas de San Pedro, y los retratos de Maese Rodrigo Fernández de Santaella, San Francisco de Asís, San Bruno, Santo Domingo y San Pedro Mártir-, diversas obras de Herrera el Viejo, el calabrés Matia Pretti o la increíble colección de Juan de Espinal que se puede apreciar sobre todo en el denominado salón de los cuadros, la mayor estancia del Palacio decorada profusamente con obras de este exponente del rococó sevillano en las que se repasa la historia de la Salvación.
Los visitantes se darán cita en el patio central del palacio una vez tramitado el ingreso desde la Librería Diocesana. Desde ahí subirán a la primera planta del edificio por la escalera principal, diseñada por fray Manuel Ramos en la segunda mitad de siglo XVII. El citado salón de los cuadros, la galería de los obispos, el salón del trono, oratorio, anteoratorio y el despacho del nuncio son las dependencias que podrán recorrer las ciento veinte personas que visiten el Palacio cada una de las jornadas previstas, y cuyo calendario puede consultarse en la referida página web.
El alcalde ha agradecido en nombre de la ciudad al Arzobispado porque, ha explicado “esta presentación que hoy se hace significa algo muy importante: que una iniciativa como la que se llevó a cabo en el Año de la Fe de apertura de estas salas al conocimiento de los sevillanos y los visitantes, se pueda convertir ya en una oferta permanente y estable expositiva, patrimonial y monumental a la que tener acceso dentro de lo que es la vida y la dinámica normal de este palacio”.
En este sentido, Espadas ha indicado que se trata de una “magnífica noticia” porque “el patrimonio y la cultura en esta ciudad son sinónimo de economía, empleo, riqueza proyectada no solo para satisfacción de los que hemos nacido o vivimos aquí, sino los que nos vienen a ver”.