Jardines del Prado de San Sebastián

Nombre: Jardines del Prado de San Sebastián

Tipo: Jardín de Distrito

Distrito: Sur

CP: 41004

Situación: entre Avda. del Cid, Avda. de Carlos V, calle Diego de Riaño y Avda. de Portugal

Acceso: líneas T1, 5, 21, 22, 25, 26, 28, 29, 30, 31, 34, 37, 38, C1, C2, C3 y C4

Superficie: 58384 m²

Descripción:

Antiguo establecimiento de la Feria de Ganado que daría origen a la Feria de Abril, los jardines del Prado de San Sebastián son esenciales en la configuración de la ciudad y en el entendimiento del crecimiento urbanístico de la misma. Improvisado cementerio en 1649, cuando la peste arrasó la ciudad, y posterior recinto ferial en 1846, los jardines como los conocemos  hoy en día se inauguran en 1997 después de una dura pugna entre las autoridades urbanas y los intereses inmobiliarios que habían pujado durante décadas por la construcción del lugar.

Los jardines se estructuran en tres niveles a lo largo de un eje longitudinal que parte de la Avda. del Cid, estableciéndose el conjunto con una marcada simetría acentuada, aun más si cabe, por un diseño geométrico potenciado por la disposición de los elementos vegetales. Este diseño pasa también por la utilización de estanques, fuentes y pequeñas cascadas, que dan un inusitado protagonismo al agua a la manera en la que lo haría un jardín islámico, dejando en la zona central de los jardines un espacio libre dispuesto para la realización de actividades sociales y culturales, como por ejemplo el animado Festival de las Naciones que cada año, y durante todo el mes de octubre se desarrolla en él.

Encerrados entre alineaciones de plátanos los jardines albergan a medio centenar de especies vegetales. La entrada desde la Avda. del Cid la presiden palmeras datileras (Phoenix canariensis) y washingtonias de tronco fino (Washingtonia robusta), acompañadas por lantanas o banderas españolas (Lantana camara) de gran valor ornamental por sus pequeñas flores de colores rojo y amarillo, de ahí su nombre. Si vamos hacia la izquierda o a la derecha, en los paseos longitudinales laterales, encontramos una amplia presencia de tipuanas o palo rosa (Tipuana tipu) que adornan toda la longitud del mismo con sus flores de llamativo color amarillo. También en estos corredores llaman la atención la tuya (Thuja orientalis) con sus frutos rojizos o el mirto (Myrthus communis) con sus flores blancas pobladas de estambres que se encuentra casi siempre formando setos.

Una vez llegamos al corredor del fondo, encontramos una serie de glorietas en las que encontramos una gran variedad de especies entre las que podemos citar el laurel de Indias (Ficus microcarpa), el “pica pica” (Lagunaria patersonii), la jacaranda (Jacaranda mimosaefolia), o la forsitia. Volviendo de nuevo hacia el corredor lateral encontramos, hacia el centro de los jardines, hierbas luisas (Aloysia tripylla) con sus flores blancas o blancovioláceas, el taraje (Tamarix gallica) de flores rosadas y aspecto plumoso o el bambú (Phyllostachys aurea). En la plaza central encontramos dos conjuntos dispuestos de forma simétrica y gradados desde la washingtonia hasta la jacaranda, pasando por el naranjo amargo (Citrus aurantium var. amara). Dos de las esquinas de esta plaza, las mas alejadas de la entrada principal, se resuelven con yucas (Yucca elephantipes) de flores blancas y con el tronco que asemeja a una pata de elefante.

Mirando ahora hacia la puerta desde la plaza central se observan las tres fuentes en diferentes niveles, enmarcadas entre palmeras washingtonias, que ponen en contraste la horizontalidad del agua con su fuerte verticalidad. El conjunto de estas tres fuentes se bordea con setos elaborados a partir de bonetero (Euonymus japonicus var microphyllus) y otra vez el palo rosa que nos acompaña ahora hacia la salida.

Espacio urbano fundamental para la comprensión de la ciudad y perfecto filtro entre la grandiosidad de  la Plaza de España y el carácter íntimo de los  Jardines de los Alcázares o los recoletos Jardines de Murillo, los Jardines del Prado de San Sebastián aportan con su trazado geométrico y su estructura despejada, donde todavía la glorieta o el estanque tienen peso en la obra de jardinería,  el grado de modernidad preciso en un entorno cuajado de historia.