Jardines de los Reales Alcázares

Nombre: Jardines de los Reales Alcázares

Tipo: Jardín Histórico

Distrito: Casco Antiguo

CP: 41000

Situación: interior de los Reales Alcázares

Superficie: 70000 m²

Titularidad: Patronato de los Reales Alcázares, Ayuntamiento de Sevilla.

Descripción:

Resulta muy difícil, casi imposible, describir en pocas líneas toda la realidad, la poesía, la historia, incluso la leyenda, que encierran estos jardines. Junto al palacio real habitado más antiguo de Europa, Patrimonio hoy de la Humanidad, las que en su mayoría fueron antiguas huertas musulmanas albergan hoy un variado conjunto que abarca prácticamente toda la Historia y los estilos de la jardinería.

Antiguos jardines de los taifas Sevillanos, viejos cruceros almohades, esplendor de  lo mudéjar, grutescos renacentistas que conviven hoy con escenografías barrocas, recuerdos de la epopeya  americana, delicados toques de eclecticismo novecentista, retazos de jardín regionalista de principios del siglo pasado e incluso ligero apunte de paisajismo inglés en honor de S.M. la Reina Victoria Eugenia. Todo ello perfumado con un aura de romanticismo que impregna la poética de sus patios y fuentes, la espesura de sus setos, la hierática frescura de sus estanques, la sombra de su árboles, la escondida semántica de sus nombres: jardín del Chorrón, de la Danza, de la Galera, jardín del Laberinto, de las Damas, de los Poetas, patio del León, estanque de Mercurio, pabellón de la China…

Hay que recorrerlos despacio, ya sea al despuntar el Otoño con la despedida de buganvillas y madreselvas y el incipiente amarillo de Arces y Paraísos, bien en la humedad del Invierno, que desdibuja solerías y cerámicas; en el rutilante estallido de color de las limpias tardes de Primavera embriagados por azahares o bajo el cobijo de sombras refrescadas por surtidores y estanques en la quietud y el silencio del verano sevillano; siempre bajo la atenta mirada y protección de las palmeras, celosas guardianas de los perfiles eternos del Alcázar... hagámoslo…

  • JARDINES SITUADOS FUERA DEL NÚCLEO PRINCIPAL:
  • Patio o jardín de la Casa de Contratación.- Descubierto en 1973 en el solar que ocupó la antigua Casa de Contratación de Indias. Muestra un crucero almohade del siglo XII con albercas cruciformes fiel representación del Paraíso descrito en el Corán. Bajo él es posible adivinar los restos de otro jardín más antiguo probablemente de época Taifa (siglo XI). Ajardinado principalmente con cítricos, que delimitan los cuatro cuadros situados dos metros por debajo de la cota de los andenes. Las cuatro washingtonias situadas en ellos –ajenas al ajardinamiento original- evocan la epopeya americana en la que la Casa de Contratación jugó un decisivo papel. Separado hoy del recinto del Alcázar se accede a él por la Plaza de la Contratación.

  • Patio o Jardín del León.- El primero al que se llega una vez se accede por la puerta del mismo nombre. Lo que hoy es patio fue el mayor teatro sevillano del siglo XVII:  el Corral de la Montería , cubierto por una gran estructura de madera que ardería totalmente en 1691. Su ordenación y jardinería datan de los años cuarenta del siglo pasado. Presenta cuatro sencillos cuadros bordeados por setos de arrayán (Myrtus communis) y alberga ejemplares de palo borracho (Chorisia speciosa), macasar (Chimonanthus praecox), laureles (Laurus nobilis) y cipreses entre otros. Junto a ellos naranjos y  granados en la compañía de jazmines, lantanas,  hiedras , buganvillas, alguna platanera (Musa x paradisiaca) y yucas, entre otros.

  • Patio de la Montería.- Gran espacio abierto desde el que contemplar la prodigiosa fachada del Palacio Mudéjar. Trepadoras como buganvillas o  hiedras, hibiscos, rosales, etc., constituyen el revestimiento vegetal de este gran escenario que se completa con setos de mirto que reproducen en su base partes de las murallas hoy perdidas, así como un trío de cipreses que cierran, con el concurso de las trepadoras, la vecina cubierta del Salón de la Justicia y el fondo de la Giralda, uno de los ángulos más fotografiados de la ciudad. Desde aquí puede accederse a una serie de pequeños y recoletos patios que ocupan la zona que albergó en el siglo XVIII la casa del Asistente Pablo de Olavide. Jovellanos, Blanco White y con ellos el espíritu de la Ilustración tuvieron aquí la sede de sus tertulias literarias.
  • Jardín del Príncipe.- Junto a la mole del Palacio Mudéjar denominado así en honor del único hijo varón de los Reyes Católicos nacido aquí en 1478. Setos de boj, y una nutrida representación vegetal a cargo de latanias (Livistona chinensis), naranjos morunos (Citrys myrtifolia), magnolio (Magnolia grandiflora), ciprés, chirimoyo, celindas, clivias, senecios, coralitos, etc.

  • Patio del Crucero o de Doña María de Padilla.- Otro gran crucero almohade que hoy presenta sus cuatros grandes cuadrantes rellenos hasta la cota de los andenes originalmente situados unos seis metros por debajo. Presenta galerías bajas con abovedamiento ojival y una ría central resto de la construcción islámica, conocida como baños de Dª María de Padilla en recuerdo de la amante del Rey D. Pedro I y que es accesible desde el núcleo principal de los jardines. En la parte alta hay palmeras, setos de mirto para delimitar cuadrantes y boneteros (Euonymus  japonicus) para dibujar los interiores, árboles de Júpiter (Lagerstroemia indica), damas de noche (Cestrum nocturnum), buganvillas (Bougainvillea spectabilis), jazmines, etc.

  • JARDINES DEL NÚCLEO PRINCIPAL

    Situados en la parte posterior del Palacio mudéjar.

  • Jardín del Chorrón. Junto al pabellón de la China (llamado así por albergar las vajillas), debe su nombre al chorro de agua que proveniente de los Caños de Carmona entraba en el Alcázar y caía con estrépito al hoy llamado estanque de Mercurio,  situado junto a él (originalmente formaron un solo espacio). Cuatro cuadros a base de setos de mirto con: árbol de las trompetas (Datura arborea), falso pomelo (Citrus grandis) y palmeras de la suerte (Trachycarpus fortunei) junto a hiedras y glicinias (Wisteria  sinensis) que encaramadas sobre la muralla dan encanto a este ángulo apoyado en la vecina torre del agua. Contiguo a él se encuentra el llamado patio del Tenis, antiguo jardín de la Alcubilla.

  • Estanque de Mercurio.- Antigua alberca de origen musulmán para el riego de las huertas reformada en el siglo XVI para convertirla en estanque presidido por una fuente central en bronce rematada por una figura de Mercurio.

  • Jardín de la Danza, Jardín de Troya, Jardín de la Galera, Jardín de las Flores. Pequeños jardines situados contiguos junto a la muralla baja que protegía el palacio desde las antiguas huertas. Espectaculares magnolios, magníficas palmeras (Washingtonia robusta), revestidas de uña de gato (Doxantha ungis-gati), ficus, palo borracho, etc. una nutrida variedad arbustiva y de plantas menores:  amoraluzus (Hibiscus mutabilis), aralia papelera (Tetrapanax papyriferus), acantos (Acanthus mollis), clivias (Clivia nobilis), costilla de Adán (Monstera deliciosa), orejas de elefante (Colocasia esculenta) cintas (chlorophytum comosum), enredadera de alambre (Muehlenbeckia complexa), etc. y la originalidad del cultivo de naranjos en espaldera crea un grato ambiente de diversidad vegetal con refrescante penumbra en el verano.

  • Jardín del laberinto, Jardín de las Damas y Cenador de Carlos V.- Fuera de esa antigua muralla y en terrenos que fueron de huertas se desarrollan estos jardines. El primero recuerda un antiguo laberinto vegetal desaparecido presidido hoy  por una gruta sobre un estanque circular con profusa vegetación como diversos helechos y bambúes. El jardín de las Damas ocupa un gran espacio configurado por ocho grandes cuadros cerrados por setos de bonetero y mirto con profusión de vegetación de todo tipo. Fuentes murales y aisladas junto a verjas y  portadas manieristas bajo el diseño de Vermondo Resta que fuera conservador del Alcázar, configuran una escenografía  propia del jardín cortesano de claras influencias italianizantes a la que contribuyen de forma decisiva los burladores, ocultos surtidores en el pavimento accionables secretamente desde un banco para provocar juegos y  sorpresas.  Hoy la abundante vegetación altera lo que  lo que debió ser ante todo un jardín a base de setos recortados. Entre ésta es preciso destacar: los melocotoneros de flor (Prunus persica var. florepleno), de temprana floración, pomelos (Citrus x paradisi), celindas (Philadelphus coronarius), celindas de espiga (Deutzia scabra), nandinas (Nandina domestica),  etc.  Junto a éste jardín el del  León, revestimiento manierista para las huellas de una antigua fórmula islámica para el riego de la huertas: alberca (hoy estanque), umbráculo (Pabellón) y Noria (la cercana del jardín del laberinto). Acantos, jazmines, bambúes  y una palmera poco frecuente aquí: la palmera de salón o caña elegante (Chamaedorea elegans). Por último el cenador de la alcoba o pabellón de Carlos V ropaje clasicista de cuando las bodas del emperador con Isabel de Portugal para una antigua “qubba” islámica seguro oratorio en la “rawda” real. Viejos naranjos amargos que se aseguran centenarios junto a un laberinto de arrayán y ciprés que rememora tiempos pasados.

  • Jardín de los Poetas y Jardín del Marqués de la Vega-Inclán.- En lo que fue antigua Huerta del Retiro, al otro lado de la muralla que cercaba el Alcázar, se alzan estos jardines trazados a principios del siglo XX. El primero trazado por el que fuera conservador del Alcázar Joaquín Romero Murube con influencias de la jardinería clasicista de Forestier cierra con un fondo de washingtonias (washingtonia robusta), un recoleto conjunto de dos estanques presididos por una vieja fuente procedente de un desaparecido convento. Numerosos cítricos y otros frutales junto con almeces o tejos y variados conjuntos arbustivos de fotinias, alteas, rosales, etc., jalonan este jardín. El segundo es una grandiosa cuadrícula que juega a precisas ortogonalidades marcadas por fuentes y surtidores donde la influencia de la estética regionalista es palpable en el uso de la cerámica en bancos, saltadores, canalillos, copas y pavimentos. También una abundante vegetación contribuye a crear un marco ideal para el paseo.

  • Jardín Inglés.- En lo que fue Huerta de la Alcoba posee el Alcázar este retazo de paisajismo a la inglesa. Sus pequeñas praderas y sendas de sinuosas curvas contrastas con la acentuada rigurosidad de trazado del resto de los jardines vistos. Eso sí, un cierto corte mediterráneo posee con la acertada dispersión de arbolado que proporciona la adecuada sombra, concesión ésta frente a la ortodoxia del paisajismo inglés que ofrece siempre acentuados contrastes con la habitual separación entre las grandes volúmenes arbóreos cerrados y las suaves praderas abiertas. Nogales, hayas, pinos canarios, encinas o robles junto al ciprés de los pantanos, tipuanas, albizias o el gingko, contribuyen, entre otros, a crear una mágica atmósfera de luz suavemente matizada por la densidad de sus copas.

Estos jardines son mantenidos y conservados por el Patronato Municipal de los Reales Alcázares.