TRES BARRIOS AMATE
El barrio Tres Barrios-Amate se construyó desde los años 50 sobre la Huerta de Santa Teresa, con promociones públicas que continuaron hasta los 90, reemplazando antiguos asentamientos chabolistas como las Casitas Bajas de Amate. Surgió como un barrio humilde para migrantes atraídos por la industrialización, con una fuerte identidad barrial, aunque segregado por su ubicación periférica y el río Tamarguillo. Actualmente, acoge a una creciente población inmigrante, principalmente latinoamericana integrada laboral y socialmente, y africana en situación irregular y sin acceso al empleo.
La zona tiene 17.744 habitantes, con un 70% entre 16 y 64 años, 16% menores de 16 y 14% mayores de 65 años. El 22% de la población es extranjera, distribuida casi equitativamente entre hombres y mujeres, y con una estructura de edad similar a la población española, predominando también el grupo de 16 a 64 años.
Su situación socioeconómica es muy complicada, siendo una de las áreas con la renta media anual más baja de España, con 6043 euros por habitante según datos del INE de 2023. El desempleo es elevado y la oferta laboral escasa, predominando trabajos precarios y empleo en la economía sumergida, como el servicio doméstico, la venta ambulante o la recogida de chatarra. Gran parte de los ingresos de las familias provienen de prestaciones públicas, como el ingreso Mínimo Vital, lo que en algunos casos ha influenciado negativamente en la motivación para la formación y la búsqueda activa de empleo.
Tres Barrios-Amate enfrenta una compleja realidad social marcada por familias desestructuradas, bajo nivel educativo y precariedad económica que perpetúan la exclusión social. La presencia significativa de familias monomarentales con escasos apoyos y la convivencia de varias generaciones en un mismo hogar reflejan esta vulnerabilidad. Además, el aumento de familias inmigrantes en situación irregular añade barreras para el acceso a formación, empleo y prestaciones públicas. La problemática de género es especialmente aguda, con dificultades para la conciliación laboral y familiar, y la persistencia de violencia de género, muchas veces normalizada en el entorno. En educación, se observa un alto absentismo y fracaso escolar, agravados por la falta de modelos educativos, escasa implicación parental y brecha digital, sobre todo entre personas mayores.
Debido a la ausencia de formación en salud preocupan los hábitos poco saludables, los embarazos no planificados y los problemas de adicciones. La vivienda presenta graves deficiencias como infravivienda, hacinamiento, insalubridad, “narcopisos” y un aumento de ocupaciones ilegales y desahucios, en un contexto de oferta insuficiente de vivienda pública y social. La seguridad y convivencia también son problemáticas críticas, con altos niveles de violencia ambiental, conflictos vecinales y la normalización de la “narcocultura”. Además, la falta de oferta cultural y de ocio, así como la ausencia de un centro cívico, limita la participación comunitaria y contribuye a la estigmatización social del barrio, dificultando los procesos de inclusión y desarrollo local.
Tres Barrios-Amate presenta como oportunidad su sólido trabajo en red con colaboración entre entidades sociales y administraciones públicas que mejora la eficacia de las intervenciones en áreas como salud, empleo, género, vivienda y minorías étnicas. La creciente diversidad sociocultural, gracias a la presencia de población migrante, aporta un impulso revitalizador al barrio. Su localización geográfica, con buenas conexiones de metro y una posición cada vez más céntrica en la ciudad, favorece la instalación de recursos. Cuenta con múltiples espacios públicos como el Parque Amate y varias plazas, además de equipamientos clave como el Centro de Servicios Sociales, centros de salud, atención a la mujer, centro de adicciones, escuela de adultos, oficina de empleo y el Mercado de Abastos de la Candelaria, núcleo del comercio local. Cerca está el Polígono Hytasa, que ofrece oportunidades para formación y empleo. Asimismo, entidades sociales como Save the Children, A.E.S. Candelaria, Mornese, Balia e Instituto Romanó trabajan coordinadamente con los servicios sociales para apoyar a la comunidad.