El Palacio de los Archivos

Presentamos en formato virtual El Palacio de los Archivos, una exposición que se celebra en el Archivo Histórico Provincial (del 20 de mayo al 20 de diciembre de 2025), con una mayoría de documentos (fotografías y planos) que pertenecen a los fondos del Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones del ICAS del Ayuntamiento de Sevilla. Por primera vez tiene lugar una exposición conjunta entre instituciones pertenecientes a dos administraciones distintas, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. El AHPS y el SAHP no sólo están hermanados por su labor en la conservación de la memoria documental, sino también por compartir un espacio de propiedad municipal cargado de historia: el antiguo Palacio de Justicia. Inaugurado en 1910, abandonado en 1971 y habitado durante años por una peculiar colonia felina, este edificio renació como “Palacio de los Archivos”.

La exposición se ha dividido en diferentes ámbitos para configurar el recorrido y facilitar el relato. Estos son Origen e historia. La Alhóndiga de Sevilla; El Palacio de Justicia. Sede de Orden y Gobierno; El entorno. Un ensanche fallido; El entorno. La acera de los impares; El palacio de los gatos. El abandono; El palacio ocupado. Símbolo de lucha, y dos secciones dedicadas a la Casa de Socorro y el paso de las cofradías durante la Semana Santa. Una reproducción de gran formato del plano de Olavide (1771), que cubre el patio porticado a modo de alfombra de 7 x7 m, señala el lugar donde se ubicaba la Alhóndiga. En esta versión virtual los planos y las fotografías (del Archivo Municipal y la Fototeca respectivamente) se presentan ordenados cronológicamente y se han añadido algunas imágenes nuevas.

La Alhóndiga de Sevilla (Alhóndiga del pan) fue un edificio tan importante en la historia de la ciudad como desconocido una vez que desapareció. Y eso que funcionó como tal desde el siglo XIII hasta mediados del XIX. González de León la definió como “abasto y renta pública de todos los granos para el consumo de la ciudad y el pósito reservado para escaceses y carestías”. A finales del siglo XIX se proyectaron varios usos para el viejo caserón de Santa Catalina hasta que el Ayuntamiento decidió la creación de un Palacio de Justicia.

El 7 de enero de 1910 se inauguró oficialmente el edificio. Causó extrañeza la falta de solemnidad del acto, un simple recorrido del alcalde, el conde de Halcón. El proyecto original, obra de José Gallego Díaz, fue modificado por el arquitecto municipal José Sáez López. La primera piedra se colocó en 1893. La prensa informó que “en su construcción se han gastado más de ocho millones de reales”. En él se instalaron los juzgados de instrucción y primera instancia del Salvador, la Magdalena, San Vicente y San Román, las dependencias del Registro Civil, calabozos y una prisión de mujeres, así como la Junta municipal del Censo Electoral. En la esquina con la calle Alhóndiga se habilitaron una casa de socorro, un laboratorio histoquímico y las escuelas municipales de distrito.

En 1913 se aprobó el Proyecto General de Alineación Campana-Osario. Las obras en torno a la calle Almirante Apodaca se materializaron en el retranqueo del inmueble número 1 y en la apertura de la calle Juan de Mesa, que dejó exenta la iglesia de Santa Catalina y permitió la colocación de la portada gótica procedente de la iglesia de Santa Lucía. La no ejecución del proyectado ensanche provocó que la prensa la denominase en 1934 “el tubo de la risa”. Su estrechez y los puestos que obstaculizaban el paso agudizaron el problema del tráfico rodado. Eran frecuentes los atropellos causados por el tranvía, el llamado popularmente “peligro amarillo”.

La ubicación del Palacio de Justicia contribuyó a hacer de la calle un lugar de encuentro e intenso movimiento peatonal y dotó de particular animación a la acera de los impares. Relojería San Pedro, Bar Gran Almirante, Calzados Santiago, Papelería Reguera, Posada del Lucero, Bar Santacruz, despacho de pan de Amalia, Casa Pepe, Bar Luis Alonso y Casa Piedra, entre otros, son los nombres de los negocios que han dado identidad al barrio.

A partir de 1969 se inició el traslado de los juzgados al Prado de San Sebastián ante la congestión y el pésimo estado del viejo edificio del Palacio de Justicia. Su apariencia era lamentable: filtraciones, desprendimientos, mobiliario anticuado, vehículos abandonados, legajos desperdigados por el suelo, objetos inservibles y fachada convertida en improvisada cartelera. El palacio daba cobijo a nuevos inquilinos: los gatos. Los vecinos arrojaban restos de basura para alimentarlos y las denuncias se sucedían. Era el comienzo de una larga década de abandono.

En el contexto social de la década de 1970, con un índice elevado de jóvenes en paro, un grupo ocupó simbólicamente el Palacio de Justicia. La mañana del 16 de enero de 1979 unos 60 jóvenes, pertenecientes a distintas asociaciones, forzaron la cancela y adecentaron algunas dependencias para protestar "hartos de aparecer ante la opinión pública como maleantes", según rezaba en las octavillas que repartieron. Pedían locales para reuniones y esparcimiento de la juventud. Tras realizar una sentada en la puerta, fueron desalojados por las fuerzas de orden público.

El edificio permaneció cerrado y abandonado hasta 1982, cuando comenzaron las obras de rehabilitación y acondicionamiento para albergar el Archivo Municipal y el Archivo Histórico Provincial. El proyecto, tras la firma de un Convenio entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Estado, fue realizado por los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, finalizando las obras en 1987, fecha de su inauguración.

En la actualidad, el edificio es sede del Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones municipales y del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, configurándose así como el Palacio de los Archivos. Millones de documentos de diversa índole se conservan en este edificio, que alberga buena parte de la memoria de la ciudad de Sevilla y su antigua jurisdicción. Un edificio con historia para conservar la Historia.

Acceso a la Galería Fotográfica

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