Plaza Josefa Reina Puerto

Nombre: Plaza de Josefa Reina Puerto

Tipo: Plaza ajardinada

Distrito: Casco Antiguo

CP: 41001

Situación: desde calle San Eloy a confluencia de la calle Murillo y Plaza de la Magdalena

Acceso: líneas 40, 41, 43, C5 y B5

Superficie: 450 m²

Descripción:

Se trata en realidad de una calle, aunque por su forma y la configuración de su arbolado y ajardinamiento bien pudiera denominarse plaza, como en efecto por muchos se la conoce.

Desde el siglo XVIII, era llamada callejón de los pobres por repartir allí los cartujos, que poseían hospedería muy cerca, limosnas a los indigentes. En 1939 recibió la denominación actual en honor de ésta recordada maestra sevillana, que se distinguió precisamente en la enseñanza de los pobres, aunque perduraba su antiguo nombre. Éste quedó muy  desvirtuado cuando, a finales de la década de los setenta, se derriban algunas casas de las que ofrecían esquina y fachada a la contigua plaza de la Magdalena, construyéndose dos edificios de traza moderna que desde entonces albergan entidades bancarias, uno de ellos con un extraño retranqueo sobre la alineación definida, tanto por la plaza de la Magdalena como por la de las calles Murillo y O´Donnell. Entre ambos quedó, durante años, un gran solar baldío en el que se colocaron algunos bancos con la intención de crear una plazoleta y prolongar visualmente la plaza de la Magdalena. Su diseño, provisional y poco elaborado fue definitivamente sustituido por el actual.

Esta plaza, calle o jardín, como quiera denominarse, ha contado desde el primer momento de su terminación (Junio de 1994) con una gran aceptación, mostrada de forma inequívoca por el numeroso público que la transita y ocupa sus bancos. Este éxito debe achacarse, en primer lugar, al simple pero a la vez eficaz diseño, tanto de configuración general, como de mobiliario y vegetación. Supone, en un ámbito reducido y en cierta manera agobiado por la edificación que lo rodea y la propia competencia de la contigua plaza de la Magdalena, una acertada combinación de lugar concebido para el tránsito, para la estancia con la disposición de bancos, y una correcta y eficaz utilización de un arbolado que proporciona, cuando es necesario, tupida sombra.

El rectángulo que ocupa dispone de un paseo central que pone en comunicación sus dos accesos públicos desde la calle San Eloy y desde la vecina plaza de la Magdalena, concebido fundamentalmente para el nutrido transito que debe soportar y que, además, se ha adaptado a ser lugar de espera para as personas que aguardan la llegada de autobuses. Dispone, además, de dos andenes paralelos al principal pero de menor anchura que discurren pegados a la edificación y que posibilitan el acceso a estas edificaciones y un cierto discurrir por ella de forma un tanto secundaria. Entre estos y el principal situado al centro surgen los arriates donde queda confinada la vegetación que constituye la jardinería de la plaza.

El paseo central va presentando unos estrangulamientos y ensanchamientos que sirven, los primeros, para que avancen los arriates y colocar ahí una primera hilera de árboles. Los segundos para que se sitúen con comodidad los bancos sin estorbar el paso. Éstos, a diferencia de otros de diseño más vanguardista, han concebido una acertada combinación de cómodo asiento en láminas de madera y respaldo de fundición junto con reposabrazos que los dividen y, a la vez, contribuyen a un cómodo reposo individual e impiden su uso en posición tendida. Toda la pavimentación es homogénea mediante losa de piedra artificial de tonos suaves.

La jardinería no acude a un repertorio complicado ni numeroso, sino que se basa en una doble hilera a cada lado del paseo central (cuatro columnas de árboles que con 7 filas arrojan un total de 28 ejemplares) de una única especie y variedad: la acacia negra pero sin espinas (Gleditsia triacanthos var. inermis) árbol caducifolio que aporta la necesaria sombra en épocas de calor, proporcionando una agradable atmósfera de matizada luz y el adecuado uso en invierno, Ambas circunstancias contribuyen al uso intenso de la plaza en cualquier época del año.

Los arriates se encuentran delimitados por pequeñas verjas de fundición modernas trasdosadas por setos también bajos de bonetero (Euonymus japonicus), que sin duda son una evocación de la fórmula tradicional de encintado de los arriates en las antiguas plazas sevillanas. El ajardinamiento interior se confía a una banda longitudinal que recorre todo al arriate al centro en forma de macizo de lantana acompañado en superficie por una manta de cintas (Chlorophytum comosum) que prestan el color y la  tradición de la jardinería sevillana.

Por último, debe decirse también que junto al sencillo pero eficaz diseño vegetal, el  éxito de esta plaza está, sin duda, auspiciado por la situación de la misma, a caballo entre dos de los dos puntos neurálgicos del comercio sevillano: la Plaza de la Magdalena y la del Duque, que la convierten en obligado paso peatonal entre los centros comerciales que en cada uno de ellas se ubican, así como en la existencia en la misma de comercios que propician, sobre todo en primavera y verano, el reposo circunstancial en los bancos de la misma.