Real Fábrica de Artillería

La Real Fábrica de Artillería de Sevilla: la historia de un gigante industrial y su presente cultural

 

La Real Fábrica de Artillería de Sevilla es un monumento fundamental de la arquitectura industrial sevillana, cuya historia está intrínsecamente ligada a la expansión marítima de España durante la Edad Moderna. Su origen se remonta a la Fábrica de Bronces de Sevilla, una iniciativa privada de la familia Morel que comenzó alrededor de 1565 en dos solares del barrio de San Bernardo, con un modesto taller y un par de hornos. Fue Bartolomé Morel quien, en 1559, recibió el encargo del Cabildo Catedralicio de Sevilla para fundir el tenebrario y varias piezas para la nueva torre de la Giralda, incluyendo su emblemática figura, el Giraldillo.

El 11 de marzo de 1634, el rey Felipe III dispuso su adquisición por parte del Estado, pasando a ser propiedad de la Real Hacienda. Este fue el inicio de la etapa de los "Asentistas", un periodo muy productivo donde los fundidores se vinculaban a la fábrica mediante contratos decenales. La demanda constante del comercio con las Indias, los encargos del ejército y las flotas, así como los de los señores feudales, aseguraron una actividad floreciente.

 

La Gran Fábrica: diseño y evolución arquitectónica

La construcción de la Real Fábrica de Artillería original comenzó en el primer tercio del siglo XVIII, recibiendo un fuerte impulso constructivo durante el reinado de Carlos III, concretamente en 1782. Su tipología responde a la concepción de las grandes edificaciones militares de la época, con un marcado sentido unitario del espacio. El diseño inicial se basó en una cuadrícula continua, donde el módulo repetitivo consistía en cuatro pilares unidos por un sistema arquitrabado y cubiertos por una bóveda vaída, cuyas proporciones se ajustaban a las de los grandes hornos de fundición. Este ingenioso sistema permitía crear un espacio de vastas dimensiones, ideal para albergar los distintos talleres necesarios para el proceso de producción.

A lo largo de su historia, la fábrica fue objeto de múltiples ampliaciones para adaptarse a las necesidades de la artillería moderna. En 1932, fue incluida en el consorcio de industrias militares como sección del Ministerio de Guerra, una adscripción que duraría hasta 1936. Posteriormente, por ley de 1959, la gestión de la fábrica pasó a la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares, dependiente del Instituto Nacional de Industria.

Del edificio original del siglo XVI no quedan restos, ya que el taller antiguo fue demolido gradualmente con la construcción de la nueva fábrica a partir de 1720. El edificio actual es una compleja composición de partes diferenciadas pero interconectadas: la calle central, una extensión de la calle Almonacid; el gran patio, ahora cubierto y transformado en nave de fabricación; la crujía de fachada; la imponente sala abovedada de la fundición; y naves y almacenes cubiertos por espléndidos artesonados, entre otros elementos. Tipológicamente, responde al concepto de las Reales Fábricas, con un profundo sentido de unidad espacial que integra esquemas de morfología urbana en su interior y se proyecta sobre la trama del barrio. Estilísticamente, fusiona el barroco tardío con incorporaciones neoclásicas, siguiendo modelos ya implementados en otros edificios coetáneos de gran envergadura, proyectados por ingenieros militares. El edificio dejó de operar como fábrica en 1991.

 

Renacimiento como Centro Cultural y de innovación

En 2018, el Ayuntamiento de Sevilla logró asegurar 20 millones de euros en fondos europeos a través de un proyecto Interreg entre España y Portugal. Esta financiación está destinada a transformar la antigua fábrica en el mayor contenedor cultural de Sevilla, un ambicioso proyecto que ya la convierte en un eje central de la programación cultural de la urbe.

Dentro de este proyecto, se destinan 9.500 metros cuadrados de superficie para albergar una diversidad de espacios, incluyendo viveros empresariales y áreas de coworking para el surgimiento de nuevas ideas, un versátil espacio escénico experimental multiusos, talleres multidisciplinares, estudios de grabación, salas de exposición y oficinas. Para ello, se ha previsto la disposición de cinco espacios interconectados, cada uno con funcionalidades distintas, que darán una nueva vida a este histórico complejo industrial. Como ejemplo de ellos: la Sala Escénica, el Patio de Carlos III, la Nave Fundición o la Sala Magallanes.

 

Real Fábrica de Artillería


Cómo llegar a la Real Fábrica de Artillería

Localización Av. Eduardo Dato, 58

  • Metro: Línea 1, paradas Prado de San Sebastián o San Bernardo
  • Tranvía (Metrocentro): Parada San Bernardo.
  • Autobús (TUSSAM): En Eduardo Dato (San Bernardo), las líneas que paran son la 22, 28, 29, 38, B4, C2 y EA. En Menéndez Pelayo (Puerta de la Carne), las líneas que paran son la 21, A1, A2, A3, A4 y C3.
  • Tren (Cercanías): Parada San Bernardo (líneas C1, C4, C5).
  • Taxi: Paradas cercanas en Eduardo Dato y la zona de San Bernardo.