FRANCO FAGIOLI
- https://www.sevilla.org/festivaldeopera/programacion/recitales/franco-fagioli
- FRANCO FAGIOLI
- 2025-10-06T20:00:00+02:00
- 2025-10-06T23:59:59+02:00
Ficha Artística
Franco Fagiioli, contratenor
Michele D’Elia, piano
Programa
Francesco Cavalli (1602-1676)
Delizie contente che l’alma beate
Alessandro Scarlatti (1660-1725)
Già il sole dal Gange
Marc’Antonio Cesti (1623-1669)
Intorno all’idol mio
Antonio Lotti (1667-1740)
Pur dicesti, o bocca bella
Georg F. Händel (1685-1759)
“Di speranza un bel raggio … Venti, turbini” de Rinaldo
Domenico Scarlatti (1685-1757)
Sonata en sol menor K. 347 para clavecín
Geminiano Giacomelli (1692-1740)
“Sposa, non mi conosci” de La Merope
Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
“Parto, parto, ma tu ben mio” de La clemenza di Tito
Vincenzo Bellini (1801-1835)
Ma rendi pur contento
Malinconia, ninfa gentile
Gaetano Donizetti (1797-1848)
Amore e morte
Me vojo fa na casa
Gioachino Rossini (1792-1868)
“Mura felici” de La donna del lago
“Marche et réminiscences pou mon dernier voyage” de la colección Péchés de viellesse
(piano solo)
“La pietà che in sen serbate” de Eduardo e Cristina
Notas
La nostalgia de los castrati
Primera carta de Pablo a los corintios: "Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice" (1 Cor 14:34-37). Éste es el origen de la prohibición, en las iglesias cristianas, de la participación de las voces femeninas en los coros durante la liturgia hasta finales del siglo XVIII. La necesidad de contar con voces agudas en las cuerdas de sopranos y altos hizo que se recurriera las voces infantiles y a las de los castrados o “capones”, como se los denominaba en España. Precisamente España parece ser el origen de esta práctica para preservar las voces agudas de los adolescentes, una práctica que encontraría en Italia su máxima expresión cuando nace la ópera y la necesidad de encarnar a personajes femeninos chocó con las restricciones morales a la intervención de mujeres en los teatros. Hasta seis personajes, además, del coro, precisaron de castrados para el estreno de La favola d’Orfeo de Monteverdi, por ejemplo. Y el gran seductor por excelencia de la ópera, Don Giovanni, fue cantado por primera vez por un eunuco en L’empio punito de Melani en 1669.
La seducción por la voz de los castrados, de un amplísimo registro y una infinita capacidad de ornamentación (no en vano eran los cantantes con una más sólida y prolongada formación musical), llevó a ir más allá de cubrir los personajes femeninos para adoptar el de los héroes, reyes, emperadores, dioses. Primo uomo era la denominación habitual en la Italia del XVII y XVIII para estos cantantes. La correlación entre voces agudas e importancia del personaje primaba sobre la identidad de género, algo más fluido en aquellos tiempos de lo que se suele pensar.
Ya no hay castrados, afortunadamente. Rossini le confesó a Wagner que abandonó la composición de óperas debido al declive del arte del canto subsiguiente a la desaparición de los castrados de los teatros a partir de los inicios del siglo XIX. Para ellos se desarrolló toda una escuela de canto, de ese “bello canto”, elegante, refinado, espectacular en su propio artificio, que ya no existía cuando Rossini deja de componer para la escena en 1829. Por entonces sólo seguía, pero por muy poco tiempo, Giovanni Battista Velluti como el último de los castrados de ópera (en los coros vaticanos siguieron cantando hasta principios del siglo XX). Para Velluti compuso Rossini el personaje principal de su juvenil ópera Aureliano in Palmira, pero de ahí en adelante esa nostalgia por la voz “epicena” (valga la definición) le hizo asignar diversos personajes masculinos de sus óperas a las contraltos, como se las denominaba entonces, hoy mezzosopranos. Y no sólo él, pues incluso Mozart, que todavía alcanzó a componer para auténticos castrados (“Mio molto amato castrato Dal Prato”, como escribió al respecto de uno de los protagonistas de su ópera Idomeneo, re di Creta”), adscribió a la voz de mezzosoprano el personaje de Annio en su ópera La clemenza di Tito, en la que no obstante cantó en su estreno en Praga el castrado Domenico Bedini el rol de Sexto, con su maravillosa escena “Parto, parto” con acompañamiento de corno di bassetto.
Cavalli, Cesti, Scarlatti padre, Lotti, Haendel o Giacomelli representan en este recital la escritura vocal a la vez florida, sentimental, patética o enfurecida los castrados del Barroco.
Hoy son los contratenores quienes, renovando y ampliando la técnica de canto de los antiguos falsetistas (no todas las voces agudas de los coros antiguos eran infantiles o de castrados), se han adueñado del repertorio escrito en su momento para los Senesino, Farinelli, Caffarelli o Velluti. Y más allá, como es el caso de esas canciones de Bellini y Donizetti con las que Franco Fagioli nos muestra la enorme versatilidad de su voz, no en vano una de las más aclamadas internacionalmente.
Andrés Moreno Mengíbar
Textos
Biografía
Franco Fagioli, contratenor
Franco Fagioli es uno de los contratenores más destacados de nuestro tiempo. Reconocido tanto por su arte como por la belleza de su voz, que abarca tres octavas, y su magistral técnica, es el primer contratenor en firmar un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon. La relación del cantante con el sello amarillol refleja su estatus como una de las estrellas más brillantes de la ópera barroca y del bel canto de principios del siglo XIX. Su debut discográfico en solitario para la compañía, Rossini, con Armonia Atenea y George Petrou, su álbum de Arias de Händel con Il Pomo d'Oro y su álbum de espectaculares arias virtuosas de Leonardo Vinci, también con Il Pomo d'Oro, han sido aclamados por la crítica internacional. En 2023, debutó con Pentatone con Anime Immortali, junto con la Orquesta de Cámara de Basilea, explorando la música que Mozart compuso para castrati.
Entre sus últimos momentos destacados sobre el escenario se incluyen Nerone en Agrippina e Idamante en Idomeneo para la Royal Opera House, Covent Garden; la Hamburgische Bayerische Staatsopers, Múnich; el papel principal en Sigismondo de Rossini en el Teatr Słowackiego de Cracovia; el papel principal en Eliogabalo de Cavalli para la Opéra national de Paris y la Dutch National Opera; Arsace en Semiramide de Rossini para la Opéra National de Lorraine; Andronico (Tamerlano) en el Teatro alla Scala, Milán; Ruggiero (Alcina) para la Hamburgische Staatsoper; el papel principal en Serse en el Staatstheater Karlsruhe; Adalgiso en Carlo Il Calvo de Porpora en el Festival de Ópera Barroca de Bayreuth; Piacere en Il trionfo del Tempo e del Disinganno de Handel para el Festival de Aix-en-Provence, la Ópera de Lille y el Teatro de Caen y el papel principal en Giulio Cesare de Handel para el Teatro Colón de Buenos Aires y la Opernhaus Zürich. Más recientemente interpretó a Ruggiero (Alcina) en una nueva producción en la Ópera de Lausana.
Imágenes

Franco Fagioli