ANDRÉS CEA GALÁN - La Facultad orgánica. Cuatro siglos tentando a Correa

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Miércoles 18 de marzo de 2026 - Iglesia Colegial del Divino Salvador: 21:00 horas

Ficha Artística

Andrés Cea Galán, órgano

Programa

La Facultad orgánica. Cuatro siglos tentando a Correa

 

Francisco Correa de Arauxo (1584-1654)

Tiento de quinto tono (XX)

Tiento de noveno tono (IX)

Tiento de medio registro de tiple de quarto tono (XXXVIII)

Tiento de sétimo tono (VII)

Tiento de medio registro de baxón de décimo tono (LI)

Segundo tiento de quarto tono, a modo de canción (XVI)

Tiento de sexto tono (XXI)

Tiento de medio registro de dos tiples de sétimo tono (LIV)

Tiento de primer tono, a 5 (LII)

Tiento de quarto tono (XV)

 

[Libro de tientos y discursos de música práctica y theórica de órgano intitulado Facultad orgánica, Alcalá, 1626]

Notas

Volver a la Sevilla de 1584, en la que Correa nació. Volver a aquella mezquita de Ibn Adabbás convertida en iglesia colegial del Salvador, donde Correa ejerció su oficio de organista entre 1599 y 1636. Volver a los órganos que allí disfrutó, construidos por los maestros flamencos Diego Liger de Sanforte, Enrique y Pedro Franco. Volver a 1626, para ver a Correa con los ejemplares de su Facultad orgánica, recién impresos, en sus manos…

Sí. Al cumplirse 400 años de la publicación de la Facultad orgánica de Francisco Correa, creo que es buena idea echar la vista atrás. Para darse cuenta de que esta Sevilla no es ya aquella, de que esta iglesia barroca nada tiene que ver con la antigua mezquita, de que este magnífico órgano no es ninguno de aquellos que Correa pulsó. Contradictoriamente, sólo su música permanece, erigiéndose como un imponente monumento, a través del tiempo y de las fronteras. Y aquí nos convoca.

Pocas músicas, de las compuestas en España, han alcanzado tanta difusión como la obra de Correa, especialmente desde la edición realizada por Macario Santiago Kastner en 1948, hasta estar presente hoy día en el repertorio de organistas de todo el mundo. Y no es sólo por su indiscutible calidad compositiva. Es también porque esta música tiene alma y habla directamente al corazón de quien quiera escucharla.

Pocas músicas, de las compuestas en España, han alcanzado un reconocimiento tan unánime desde el punto de vista de su impacto emocional. Tal vez, por ser intentos de plasmación de una belleza abstracta e inefable, de expresión de una idea o de un texto sin palabras, que se nos escapa. Quizás de ahí proceda la fascinación que sentimos ante esta música. Una música única, obra de un personaje único.

Si hay que explicarlo de algún modo, la música de Correa recoge el influjo del Humanismo sevillano del Renacimiento, el de Mal Lara, Fox Morcillo, Arias Montano, Fernando de Herrera, el licenciado Francisco Pacheco, el de Luciano de Negrón, Francisco de Medina, Mosquera de Figueroa, Argote de Molina, Juan de Arguijo, Francisco de Medrano, Rodrigo Caro, Juan de Jáuregui, Francisco de Rioja y otros tantos. Su obra coexiste con la producción artística de Vasco Pereira, Andrés de Ocampo, Francisco Pacheco, Martínez Montañés, Vermondo Resta, Juan de Oviedo, Juan de Roelas, Juan de Mesa, Pablo Legot, Juan del Castillo, Francisco de Zurbarán, Alonso Cano, Herrera el viejo o Diego Velázquez. Y bebe, sobre todo, de la sabia musical de Francisco Guerrero y de Francisco de Peraza, de quien fue discípulo, con el conocimiento adicional de la obra de Cabezón, de Diego del Castillo y de Manoel Rodrigues Coelho en la tecla, más Josquin, Morales y Gombert en el arte polifónico, sin olvidar a Salinas y a Cerone en la teoría.  

Todo ello, en una ciudad, Sevilla, fuertemente imbuida del espíritu de la Contrarreforma, por la que pasaron San Juan de Ribera, San Juan de Ávila, San Juan de la Cruz, San Juan de Dios, San Juan Grande o Santa Teresa de Jesús. Todo ello, en esta “Roma triunfante en ánimo y grandeza”, tal como la definió Cervantes; “gran Babilonia de España, mapa de todas las naciones”, que cantaría Luis de Góngora.

Si hay que aquilatarlo aún más, quizás la música de Correa recoge el testigo de la música inimitable de Peraza, tal como la describió Francisco Pacheco en su Libro de descripción de verdaderos retratos: “Excelente músico de órgano, de mucha invención y caudal, i singular en el modo de tañer”, dotado de una “gracia sobrenatural”, de una “singular eminencia”, de “raro ingenio y perpetuo estudio”, “insigne en su modo de tañer” y “monstruo en aquella facultad”. Al considerar que “fue inimitable su música”, y que “ningún discípulo suyo le pudo imitar en el aire, espíritu i profundidad de música”, Pacheco parece poner muy alto el listón para Correa.

Pero precisamente esa inclinación al perpetuo estudio es una de las señas de identidad del arte de Correa. En su Facultad orgánica, recoge piezas que considera “de mis principios”, compuestas apenas tras la muerte de Peraza (en 1598), junto a otras compuestas a lo largo de sus años como organista en la iglesia del Salvador, hasta las fechas inmediatas a la publicación, en 1626. A través de sus textos, se le adivina sabedor de la imperfección de esas primeras obras, pero siempre dispuesto a proponer nuevas metas en el arte de la composición. Metas que sin duda alcanza en las obras posteriores, cuando se considera “maestro en la facultad” y el cabildo del Salvador reconoce la “eminencia de su arte” (1624).

Por otro lado, al agrupar las piezas de la Facultad orgánica en cinco grados de dificultad creciente, Correa parece proponernos un verdadero “camino de perfección”. Un camino por el que él ya ha transitado, como compositor, como teórico y como organista. Quizás también como persona, a través de una vía de ascensión espiritual (y emocional) que va dejando traslucir a través de sus tientos. Todo ello en pos del aire, del espíritu y de la profundidad de la música, siguiendo la senda de Peraza. En definitiva, en pos de lo inimitable.

© Andrés Cea Galán

Biografía

Andrés Cea Galán, órgano

Andrés Cea Galán reparte su actividad profesional entre la interpretación, la docencia y la investigación musicológica. Por su visión siempre renovada del repertorio, ha sido frecuentemente invitado como organista y profesor por festivales, academias y universidades de toda Europa, Sudamérica, México, Filipinas y Japón. Sus publicaciones se refieren especialmente a la historia y estética del órgano hispano y a su música. Ha grabado para los sellos Almaviva, Lindoro, Tritó, Aeolus y Universal. Fue organista en la iglesia del Salvador de Sevilla en el periodo 1991-2002. En la actualidad, prepara una monografía sobre Francisco Correa de Arauxo, su música y su teoría, que publicará el Instituto del Órgano Hispano, que preside.   

Imágenes

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Andrés Cea


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Andrés Cea

Iglesia Colegial del Divino Salvador

Detalles del evento

Qué
FeMÀS
Cuándo
18/03/2026 a partir de 21:00
Dónde
Iglesia Colegial del Divino Salvador
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